Comprenderéis en qué lugar del cuerpo se encuentra este pesebre si os acordáis sobre el centro hara os expliqué qué papel puede jugar este centro en la vida espiritual del Iniciado que sabe trabajar con él. Si su nombre, Hara, que significa vientre, muestra que este centro, situado unos centímetros debajo del ombligo, es conocido sobre todo por los japoneses, en realidad todos los Iniciados del pasado lo conocían, y de él habla Jesús cuando dice: «De su seno brotarán manantiales de agua viva...» Este «seno» es el centro Hara en él se encuentra el pesebre en donde debe nacer Cristo, entre el buey y el asno, es decir, entre el hígado y el bazo.
Veo que estáis asombrados. Pensáis que Jesús tiene que nacer en vuestra cabeza, pero ¿acaso habéis visto algún niño nacer de la cabeza de su madre? Nadie se para en esto. El vientre, las entrañas, se consideran como algo repugnante; pero precisamente es este lugar el escogido por el Señor para que la humanidad se perpetúe. Y también es ahí, en el centro Hara, donde el discípulo debe hacer nacer en él esta nueva conciencia: el Cristo-Niño.
Nada hay más importante que el trabajo para que nazca el Niño divino en nosotros. Cuando éste se produzca, la tierra y el Cielo cantarán; de los cuatro puntos cardinales llegaran seres para visitaros y traeros regalos, porque comprenderán que ha nacido una nueva luz. Naturalmente habrá un Herodes (siempre ha habido gente como Herodes) que se pondrá furioso y que, con ánimo de matar a Jesús, dirá a los Reyes Magos «Id, informaos acerca de este niño, y cuando hayáis encontrado, hacédmelo saber para que yo también vaya a adorarle». Pero, felizmente habrá también ángeles que vendrán a avisaros como el ángel que dijo a José: «Toma al niño y a su madre y huye a Egipto, porque Herodes lo mandará buscar para matarlo».
Los magos también recibieron del Cielo la orden de no volver donde estaba Herodes, regresaron a su país por otro camino. Eso significa que todos aquellos que se acerquen a Jesús, a principio crístico, no podrán seguir el mismo. Camino que antes y deberán tomar otra dirección. No habíais pensado en eso, ¿verdad ¡ Todo es tan profundo, tan misterioso! Para mi es inaudito. Y. creedme, no me invento nada Os transmito la Ciencia que he recibido y que es verídica.
Los textos sagrados contienen relato cuya forma polariza la atención de la mayoría de los humanos que tienen una comprensión limitada, pero el contenido de estos relatos es para los discípulos, y su sentido para los Iniciados.
Y ahora, ¿sabéis por qué existe esta costumbre de festejar Nochebuena la noche de navidad? También se trata de algo simbólico. Cuando el niño ha nacido hay que comer, hay que beber, hay que cantar, pero sin sobrepasar Los, limites, claro. El niño tiene necesidad de alimento y el primer alimento para el niño, una vez nacido, es la leche de su madre. Cuando la madre llevaba al niño en su seno lo alimentaba con su sangre; ahora lo alimenta con su leche. Hay ahí dos colores, y también son simbólicos. Durante la concepción, estos dos colores están ya presentes: la mujer proporciona el rojo y el hombre el blanco. Más tarde, el fenómeno se repite, una vez más, cuando la mujer alimenta al niño durante nueve mesas con su sangre, y después con su leche. Por otra parte, volvemos a encontrar de nuevo estos dos colores en la sangre misma con Los glóbulos rojos y Los glóbulos blancos.
El rojo y el blanco representan Los dos principios sobre Los que está basada la existencia. El rojo, la sangre, es la fuerza vital, el amor, y gracias a esta sangre, a nuestro amor, el Cristo-Niño se va a hacer carne y hueso en nosotros. Después de su nacimiento, el niño es alimentado con leche, es decir, con la pureza y la luz. Por eso nosotros asistimos a la salida del sol par la mañana: para captor la luz con la que alimentaremos al Niño. La madre no deja de ocuparse de su hijo una vez que éste ha nacido; igualmente, cuando el Niño Jesús ha nacido, el trabajo continúa, pero bajo otra forma.
El nacimiento de Cristo es una cuestión muy importante de la que todos Los Iniciados deben preocuparse. Mirad lo que dice san Pablo:
« i Hijos míos ! ¡Qué trabajo me ha costado hacer nacer a Cristo en vosotros! ». También él había comprendido que Cristo debe nacer en coda alma humana. Por eso hablaba a sus discípulos, les aconsejaba y hasta les zarandeaba para que se purificasen y se pusiesen en un estado de aceptación, de sumisión, de adoración, condiciones necesarias para recibir el germen de lo alto. El alma humana es como una mujer si la mujer es agresiva, si se resiste siempre a su marido, nunca podrá tener un hijo. Lo mismo sucede con el alma humana: debe convertirse en una mujer adorable, receptiva, para recibir el Espíritu Santo, si no, peor para ella, ¡ se quedará sin hijos!
El discípulo está obligado a considerar estos grandes misterios y a reflexionar sobre ellos y, cuando Los ha comprendido, tiene que hacerlos descender todavía al campo de Los sentimientos y, finalmente, realizarlos en el plano físico, lo que, evidentemente, es dificilísimo. Intelectualmente todo el mundo puede comprender, incluso perfectamente bien, pero esta comprensión no ha descendido aún hasta el sentimiento y el corazón no siente. Hay que hacer descender esta comprensión hasta el corazón, y del corazón hasta la voluntad, para que tenga lugar la realización en el plano físico. Porque el nacimiento del Cristo-Niño es un acontecimiento que debe producirse en Los tres planos: mental, astral y físico. Diréis: »Pero, ¿cómo en el plano físico?». Yo puedo explicároslo, pero, ¿acaso me comprenderéis?
El hombre no puede hacer nacer a Jesús en él si no ha comprendido a su madre, la tierra. Si no sabe lo que es la tierra, si no tiene con ella relaciones afectuosas, respetuosas, conscientes, no tiene ninguna posibilidad de cambiar su cuerpo fisco. Nuestro cuerpo está en relación con la tierra y volverá a la tierra porque ha salido de allá, puesto que es su fruto, su hijo. Si el hombre no tiene una relación correcta con la tierra, Cristo no puede manifestarse en sus obras, en su cuerpo físico. Nunca se piensa que la tierra es un ser inteligente. Se la estudia únicamente desde un punto de vista geográfico: tantos habitantes tales mares, océanos, lagos, montañas, ríos... La tierra es la criatura más desconocida, la más desdeñada, la más despreciada, y, par este motive, se producen grandes desgracias... sí, porque no respetamos a nuestra madre que nos ha dada su cuerpo, nuestro cuerpo.
Existe una ciencia prodigiosa acerca de Las relaciones del hombre con la tierra, del comportamiento que éste debe tener para con ella: cómo hablarle y darle Las gracias, cómo extraer fuerzas de ella, cómo confiarle todas Las impurezas para que el la Las transforme. Porque la tierra posee en sus entrañas unas fábricas en Las que puede transformarlo todo; y esto es lo que hace sin cesar: todas Las impurezas, todos Los desperdicios que se le dan, ella Los transforma para producir flores y frutos, cosas útiles y hermosas. ¡ La tierra es muy inteligente!
Consideremos ahora Las palabras que el ángel dijo a Los pastores: «¡Gloria a Dios en lo más alto de Los Cielos y paz en la tierra a Los hombres que El ama! » ¿Habéis comprendido estas palabras? ¿Por qué la paz a Los hombres y la gloria en lo alto? Porque cuando nace, el Niño divino glorifica al Señor y la paz se instala en el alma del hombre en el que ha nacido. El niño aporta paz porque da la plenitud. A un hombre y una mujer que no tienen hijos les falta alga. Pero cuando llega-el hijo alcanzan la plenitud, es decir, el triangulo sobre el cual se construye el edificio. El amor divino aporta la plenitud de la vida-».
El alma debe recibir el amor divino como recibe la mujer el amor de su marido. Este amor divino que aporta la plenitud de la vida es el amor que aporta el Cristo-Niño. El amor no es más que la predicción, el anuncio de que llega el hijo. Esta fórmula del Maestro es, verdaderamente, muy profunda; no nos la ha dada sólo para que la repitamos automáticamente, sino para que trabajemos a fin de que el amor de Dios pueda fecundar nuestra alma y ésta concebir al niño, a Cristo. Y luego, ¡cuántos cambios se producen! A cualquier nivel, todo mejora, todo se aclara. Vale la pena trabajar todo un año, o varios años, incluso toda una vida, para hacer nacer a Cristo en nosotros. La verdad es que Cristo ha aparecido numerosas veces en la tierra, e incluso en otros planetas, en todo el universo; y que aparecerá todavía en el futuro. !...
QUE SEA EL AMOR, EL RESPETO Y LA COMPRENSIÓN Y LA LUZ
QUE ILUMINE VUESTROS CAMINOS.
RECUERDE SIEMPRE
LA DIFERENCIA ESTA EN CADA UNO DE VOSOTROS…
FIAT:. LUX:.
PAZ PROFUNDA…
FELIZ NAVIDAD
Y
PROSPERO AÑO NUEVO
FELILUXOR
FE Y FELICIDAD EN LA LUZ DE ORO
FUNDACIÓN AMONRA CHILE
Recuerden constantemente enviar a todo el mundo un deseo de paz, amor, conciencia y libertad, visualiza una luz intensamente brillante que envuelve y baña tu casa, la de tus seres queridos, los que no lo son, con quienes has tenido dificultades o diferencias, amigos y enemigos concientes e inconscientes, tu ciudad, estado, país, continente y planeta, envía un deseo de evolución al corazón de la humanidad, la gran familia a la cual pertenecemos…
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